Hace un mes y un día que morí. Podría contaros la causa
exacta de mi muerte pero es demasiado sencilla, aquel día era como cualquier
otro, aún así supongo que estaba destinada a morir. No fue muy dolorosa, un
solo golpe que me hizo perder la conciencia, desde ese momento hasta mi
desvanecimiento total debieron de pasar tres días. Tres días de los que no me
acuerdo absolutamente de nada, tres días que significaron el final de mi vida
como mortal. Al cuarto día un insoportable destello de luz me despertó, seguía
en la camilla del hospital, me sentía rara, como si una fuerza sobrehumana se
hubiera apoderado de mi cuerpo. Me abrumó la realidad de mis pensamientos e
intente rehuirlos de mi mente. Me concentré en mi respiración, pero la ausencia
de esta me descompuso totalmente. Aún había una esperanza, con dificultad abrí
los ojos pero nadie se percató de mi movimiento, con mucho esfuerzo conseguí
girar la cabeza hacía el lugar de donde venían los angustiosos llantos. Mi
madre, mi padre y mi pequeñaja hermana estaban desconsolados. Sentía unas ganas
tremendas de abrazarles y decirles que seguía allí, no quería aceptar la idea
de que estuviese muerta pero las evidencias aumentaban a medida que pasaban los
segundos. Muerta, aquella palabra retumbaba en mi cabeza, nunca pensé que me
fuera necesaria esa palabra por lo que desde pequeñita la borre de mi
vocabulario, al igual que palabras como asesinato o crimen, y de repente todas
aparecen en el mismo momento de mi vida. Conseguí levantarme de la camilla y de
nuevo nadie se dio cuenta, me di por vencida pero aun así intente llegar hasta
la mesilla donde había un periódico. Al llegar mis fuerzas fallaron y caí al
suelo produciendo un sonido ensordecedor. Ahora todos los presentes en la sala
se giraron en mi dirección y pensé que serían capaces de verme, pero
desgraciadamente esto no sucedió. No tenía ni idea de cuál era mi nuevo aspecto
y sentía cierta curiosidad, pero estaba demasiado cansada como para levantarme
y dar cinco pasos más hasta llegar al baño y asomarme en el espejo. Era novata en esto del mundo de los
muertos y no sabía que debía hacer, así que aún sentada en el suelo alcancé el
periódico y una horrenda imagen me hizo retroceder hasta mis últimos momentos.
Leí la noticia que venía en la portada de este:
Ayer la banda de asesinos más buscada del
país
volvió a actuar. Esta vez fue en la quinta avenida
de Nueva York, la víctima, Andie Anderson que se encuentra
actualmente en el Mount Sinai Hospital fue
atacada y golpeada con una piedra.
Inmediatamente después perdió el conocimiento.
Sus padres la encontraron tres horas después y la llevaron
al hospital. Aqui ha permanecido en coma
hasta esta mañana que...
Un escalofrío me recorrió el
cuerpo entero y tuve que dejar de leer,
la frialdad de sus palabras me obligaron a recordar y La furia que se
reflejó en la cara de aquel hombre un segundo antes de que me golpease volvió a
mi mente e inconscientemente mi mano se apoyo en mi nuca que aún presentaba una
gran herida.
Hoy, un mes y un día después sigo
estremeciéndome al recordar aquellos días.